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ESCUCHAR, LUEGO ESCUCHAR Y LUEGO ESCUCHAR MÁS ATENTO…CLAVE PARA EL ÉXITO PERSONAL

A menudo me he encontrado con situaciones que requieren de mi una escucha atente, quizás en el trabajo, la familia o, a lo mejor en las relaciones interpersonales con mi pareja… o más profundo, con mi propio ser…  ¿Qué pasa cuándo reacciono ante determinada circunstancia de manera agresiva? ¿Hasta qué punto estoy dispuesto a escuchar lo que en realidad está detrás de la verdad que se presente ante mí? ¿Estoy dispuesto a pagar el precio de escuchar todo de manera asertiva, afectiva y efectiva? A continuación la historia de Jonathan y Estefanía, una pareja de esposos que acompañé en un proceso durante un año.

Jonathan es un joven de 28 años de edad, tiene 8 años casado con Estefanía, joven de 27 años de edad. Ambos son una pareja extremadamente joven. La persona que me contactó para realizar el proceso fue Jonathan, porque estaba desesperado con la situación que estaba viviendo en su casa, el estaba consciente  de que quienes estaban sufriendo más eran sus dos hijos y por ello quería resolver, de la mejor forma, la situación que estaba viviendo junto a su pareja. “estoy desesperado”, fue la primera expresión que exhaló Jonathan, con un fuerte suspiro y lágrimas en los ojos…  En el fondo él estaba enamorado de su esposa, pero no entendía porque la distancia era tan profunda entre ellos… por qué en cada momento, surgían discusiones sin sentido y estériles, que solo les estaba llevando al abismo de una ruptura definitiva… Le pregunté: ¿Cuándo comenzó esta situación, según usted?  “siento que fue hace tres años, cuando murió su padre, ella estaba confundida y aturdida y siempre me decía que cada vez que intentaba decirme algo yo no la escuchaba y siempre me decía que yo  ignoraba todo lo que ella decía y sentía, pero eso no es verdad” La idea en este proceso es develar el hecho, no es necesario negar o afirmar, fue la interrupción que fui para Jonathan en ese momento. Él continuó expresando la situación… A todo ello pido que entre solo Estefanía, para escuchar de ella su versión de la situación. En un primer momento ella se resiste a conversar, porque la única solución que veía era separarse de Jonathan. En voz baja dice: “Estoy cansada de no sentir que tengo a alguien especial a mi lado, que no se ocupa de mí y que solo está para él…” ¿Qué siente usted, ha deteriorado la relación? Pregunto yo suavemente… “Jonathan, es un buen hombre, un buen padre, siempre está pendiente de todas nuestras necesidades, pero él cree que tiene toda la verdad en sus manos y nada de lo que esté fuera de allí es una verdad que puede agregar valor a su vida… el que tiene la primera y la última palabra, cada vez que me expreso no me escucha y siempre sale ganando… hasta el día de hoy no hemos llegado a ningún acuerdo en nada y por eso prefiero que la relación se termine… no quiero seguir con él” Expresa con un tono de tristeza Estefanía.

Y por último, pido que entre Jonathan y comenzamos la primera sesión juntos los dos… dejo que cada uno se exprese y que muestren sus puntos de vista… y luego les pregunto ¿Existe alguna posibilidad de trabajar la relación y ver de qué manera rediseñarse? Ambos se aman, pero no podía expresar lo que estaban viviendo… En la relación existía una falta de escucha profunda y atenta, hasta el punto que su relación se iba a deteriorar sin saber por qué. El día de hoy Jonathan y Estefanía están celebrando el nacimiento de un tercer hijo en la familia, están felices, porque decidieron comenzar de nuevo y darse una oportunidad de vida en la relación.

El ser humano está llamado a relacionarse de manera proactiva… a generar, permanentemente, relaciones profundas en todo su accionar. Me pregunto ¿Estoy yo siendo escucha verdadera en todo mi accionar? De momento, soy director o coordinador de alguna institución o empresa; soy esposo, esposa, padre, hermano, hijo, amigo ¿De qué manera escucho el mundo que me rodea? ¿A lo mejor estoy perdido en tener la razón y no doy paso a la novedad que trae consigo el mundo? ¿Por qué nuestras sociedades, nuestro país, nuestra provincia, nuestras familias, están cada vez más divididas? Consciente e inconscientemente, estamos creando distancias, violencias, falta de respeto, lejanía, poco deseo de expresiones de amor y de servicio… nos estamos convirtiendo en “depredadores de nuestra humanidad”. ¿Quién estás siendo tú para marcar la diferencia y comenzar a operar desde otra plataforma? ¿Hasta qué punto estás siendo tú Jonathan y no solo en la familia, sino en tu trabajo, con tus amigos, con tus padres? ¿Será que tener la razón es tu mayor arma para distanciarte de todo lo que en realidad es importante?

Te invito a ser fuente de transformación en la manera en que estás escuchándote y escuchando todo lo que a tu alrededor acontece… si te ejercitas en ello, verás la cantidad de posibilidades que están puestas para ti. 

El día de hoy, quiero que comiences a generar silencio, y no hablo de callar solo la boca, sino todos tus sentidos, para aprender a escuchar con ellos y pasar de la posición de la gente a sus intereses, y desde ahí apoyarles a ser mejores seres humanos, no importa lo que estés haciendo, trabajo, familia, relaciones… la idea es que te abras a ser escucha constante.

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